Estamos muy orgullosos de incluir a Alfredo en nuestros equipos, de manera efectiva y continua. Se unió a Dalmática en 2013, solo por una pasantía de tres meses, para completar un curso de carpintería en CerciMarante. ¡Pero la verdad es que él sigue con nosotros hoy!
Alfredo tiene un síndrome, algunas discapacidades y es de una familia en riesgo de pobreza y exclusión social. Habitante de Lustosa, parroquia donde tenemos nuestra sede, a lo largo del tiempo que ha trabajado en Dalmática, Alfredo ya ha mostrado una evolución muy positiva, una comprensión de habilidades superiores y una facilidad de socialización y autonomía en la sociedad que superó cualquier expectativa.
Pero lo más importante es que no solo él y su familia ganaron: ¡el equipo de Dalmática también fortaleció los lazos desde la llegada de Alfredo, creció y se hizo más grande desde el punto de vista humano, de la tolerancia y de la integración!

De hecho, este no es el único caso en el que Dalmática da la bienvenida a diferentes empleados del equipo: en otras ocasiones, ya hemos establecido protocolos con escuelas locales para la inserción específica en la pasantía curricular de jóvenes de educación especial, también de la parroquia de Lustosa. 

Agradecemos a los colaboradores y a las instituciones que los trajeron: ¡hemos crecido y mejorado todos!